Shell Beach. Isla de Purbeck, Dorset. Inglaterra

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco e ínsula sorprendente donde se han hallado restos de dinosaurios datados hace unos 130 millones de años, Purbeck contiene la octava playa más hermosa del mundo, Shell Beach. Gavin McOwan asegura que es su favorita en Inglaterra por detalles como el viejo transbordador que lleva en tres minutos a los visitantes desde los muelles de Sandbanks, añejo lugar de retiro de millonarios, hasta la arena de una playa intacta desde hace siglos. Con tanta tradición que incluso Los Cinco de Enid Blyton (que veraneó aquí durante veinte años) correteaban por esta isla, que es, en realidad, una península.

Kilómetros de dunas aíslan este rincón protegido de la hacendosa Inglaterra, que se asoma en verano a sus costas desde los grandes transbordadores que parten para Francia y los lujosos yates de recreo habituales para los vecinos de la zona. La boca del puerto de Poole y la isla de Wight son dos vistas que completan la escenografía de este arenal, ideal para un picnic a la inglesa. Si se prefiere comer sin la amenaza y la incomodidad de la arena, un restaurante cercano cocina los peces del vecindario y pone la guinda a una excursión, como mínimo, inaudita dentro de las islas británicas.